You cannot say, or guess, for you know only
A heap of broken images, where the sun beats
T. S. Eliot
Oýte légei, oýte krýptei allà semaínei
(ni dice ni oculta, sino señala)
Heráclito de Éfeso
Hace tan solo unos días asistíamos juntos a la clausura de la segunda Semana de la Poesía convocada por el Grupo Poético del 2000. Como en su primera edición, tuve el inmenso honor de orquestar este instante que para nosotros encierra la potencia del milagro y la fuerza salvadora de la vida. Dudo mucho que hayamos podido postularnos hacia el exterior como un grupo innovador o, como poco, en sintonía con los cauces esperados y esperables de la lírica actual. Lo dudo y en parte lo celebro. Cuando Javier Lozano y Juan Pablo González me encomendaron la tarea de organizar nuestro encuentro, mis objetivos no eran esos, aunque algunos lo pensaron. Yo no he buscado ni busco convertir este sagrario de la palabra –nuestro templo y tempo de la poesía –en un escaparate de altisonancia estética.
Somos nada más –y nada menos, especialmente –un grupo de personas que se reúnen una vez al año para creer y crear en la poesía. Mi proyecto como ritualista de semejante encuentro es dignificar el acontecimiento único con una obsesión sacerdotal por los detalles, los gestos, los símbolos. El fuego incombustible de un poema ardiendo no es un sortilegio de colegiales: recupera un gesto ya usado por otros poetas en el pasado. Un gesto que nosotros tomamos con reverencia y consagramos como metáfora y porqué de nuestra esperanza.
El lucernario ardiendo es la sacralización solemne del Tiempo de la Poesía, y si como organizador he preferido la sacralización a la desacralización es porque creo que un poeta es, ante todo, un sacerdote del verbo. Y quien le quiera buscar connotaciones estúpidas a esa expresión, o quien quiera leer en ella un romanticismo trasnochado, debería leer más y molestar menos. Nuestro proyecto no es un proyecto de ignorantes, ni una maniobra de gente que vive la poesía como un sueño barroco o un arrebato romántico. Nuestro proyecto cree en la poesía como imagen y poliedro de sentidos, como dimensión ulterior y cota máxima de comunión del significado, como detención última y suprema sobre la Vida.
Nuestras conferencias no han versado sobre trasnoche ninguna. La reconstrucción de las identidades literarias a través de los textos y de los corpus totales de los autores es parte de la tarea que, desde los primeros trabajos de Judit Butler se vienen realizando en los principales centros de investigación de Occidente. La reflexión ontológica sobre los presocráticos y su vinculación última con el concepto de lírica no solo es una materia ensalzada por nombres como Deleuze o Heidegger, sino que está en primera fila de la reflexión post-moderna de la filosofía hermenéutica, fácilmente entroncable con los famosos cultural studies, que de muy buena gana hubiera aceptado por suya una conferencia como la del fundador Lozano. Y así todo: las difíciles vinculaciones entre poesía y técnica, la revalorización crítica de personalidades literarias desconocidas en España o ignoradas por la crítica (como Eminescu o Campoamor), etc.
No os dejéis engañar por el mundo. Esta semana ha reflexionado desde la primera línea del pensamiento; unas veces mejor y otras peor, pero desde la primera línea. Y todo ello sin claudicar en el espantoso exhibicionismo tiquismiquis de citar autores de tercera por el mero hecho de que nadie les conoce. Nunca os avergoncéis de alabar a los creyentes y creadores de la poesía castellana, por trivial que parezca mentar sus nombres. Vivimos en un mundo donde “Machado” suena más vulgar y menos post-moderno que “Tagore”, pero no seáis ilusos: ambos vivieron bajo el mismo sol, así que leedlos con los mismos ojos. Ahora que no hay luz ni parlamento, trabajad con los ojos, con las manos. Tenéis un año para leer, escribir, vivir, crecer, soñar juntos con una Semana de la Poesía 2012. Por mi parte solo me queda daros las gracias por este sueño, por este poco de vida que me habéis dado con vuestras sonrisas, vuestros ojos de sorpresa y vuestra hermosa y silenciosa manera de hacerme saber que ha sido más y mejor.
Nunca renunciaré a lo que significa esta Semana grande, este kairós. Arderé en todas las bocas ignorantes que haga falta para defender lo que habéis sentido y lo que sentís cada vez que se enciende el lucernario, que se cancela el exterior y se cruza el umbral de lo sagrado. Ello no critica la poesía social, la poesía de la experiencia o la poesía de lo concreto. No es un fumadero de opio para príncipes de lo abstracto. Yo sé, nosotros sabemos, que en cualquier poema queda cancelado el tiempo y la sucesión azarosa de los momentos; sabéis ahora, sabemos juntos –qué gran instante y qué remoto acontecimiento para el corazón que no tiembla –que el arte es tiempo quieto y no-tiempo eterno, eternidad en vilo, detención inmóvil y a la vez dinámica de la existencia. Vosotros ahora sois guardianes del instante eterno, aquello que Heráclito llamaba aión, el Tiempo de la Existencia. Todos los poemas que estoy escribiendo en estos meses quedarán cerrados sobre sí mismos con ese título, AIÓN, que es como migrar pero hacia dentro.
Si los fundadores vuelven a confiar en mí para la Semana de la Poesía 2012, todo sucederá de nuevo del mismo modo y a la vez de un modo distinto. Más y Mejor pero volando hacia lo eterno. Nunca renunciaré a sacralizar nuestro momento, a que huela a ritual y tenga gestos únicos. La ceremonia de la primera palabra, la invocación al espíritu creador, la lectura del poema, su quema, el encendido de un lucernario inextinguible con ese fuego, etc. Si soy yo el encargado de abrir las puertas del ágora nuevo, santificaré los símbolos según la tradición que hemos recibido. Si es otrx quien tiene el envidiable honor y la inconmensurable alegría de oficiar este sacrificio en el altar de la luz, le pediré con todo el aliento donde pongo la meta de mi corazón (thimós) que respete lo perfecto y lo sagrado en el marco inevitable del Arte al que somos convocados cada verano.
Gracias a todos por este viaje, ahora que las ajadas velas de la fantasía se oscurecen y llega el polvo y las telarañas, pero también la terrible presencia (gracias por todo a ti también, Federico, sumo profeta) la terrible presencia de un nuevo comienzo, un santo decir sí.
GRACIAS.
Quien infinitamente os quiere, punto a punto en cada punto de este instante,
Sergio.
Sáb 06 Ago 2011, 13:31
