"Se enamoró de su manera de escribir. De cada sonido de tecla pulsada, de su lápiz entre los dientes mientras pensaba. De su cara cuando las ideas llegaban, y de su frustración cuando se iban.
Ella se encaprichó de cada sílaba que él leía. De los ojillos expectantes, del asentimiento de cabeza según avanzaba en la lectura. De la dependencia y el enganche que sus obras le producían.
Ellos se enamoraron al interpretarlo. Esa historia que ella escribía, él leía y ellos vivían.
Él no sabe si agarrarle la mano. Ella espera que lo haga. Se besan a la par que los protagonistas. Las mejores frases del guión serán pronunciadas entre carantoñas y abrazos.
Y es que al final todo fluye."