El poema para olvidar la luz del día

Introspección íntima

Has pintado un ojo en mi ataúd
Pero no me has dado los versos
De la noche.
Lloras, y cada lágrima de cera
Me petrifica y me congela --- (me estalactita)…---
Ya casi no puedo respirar.
Beso de éter onírico,
Rompes mis raíces
Con un “no” bronco,
Arden las amarras
Donde estriban las miradas
Y me arrancas, templo a templo
El iris en tempestad.

Descuelgo mis manos del silencio
Que no puedo morder más,
Dame fuego al aleteo
Rasga las cintas del vals
Y prendido en deseo el ataúd…
Ciérrame los ojos,
Hunde el fantasmal puerto.
Vuélveme loco.

Hooo...una joyita!! jaja me parece que le viene muy bien a tu pluma esta transformación que sufres.

Otra acierto literario amigo...!


Pd: una cuesitón sonora nomás, (ya que es algo que se ha cuidado mucho aquí) el verso "Hunde el fantasmal puerto." por "Hunde el fanstama puerto." Es un decir nomás...

Saludos!

Al fin lo leí, Jaskier, perdona que haya sido tan tardona!

Desde luego, comparto la idea de Likug de que el cambio que vienes mostrando en tus últimos poemas te sienta de maravilla (ya te lo he comentado más de una vez).

En fin, por ser breve (¡que sé que te gusta que lo sea! jaja), creo que este es un texto sembrado de belleza. La encuentro en las imágenes brillantes y plásticas (¡esa cera vertiéndose, helándose y helando con todo su calor es absolutamente palpable!); también en las referencias sutiles y cargadas de significado y en una sonoridad que me parece muy lograda e inteligente.

Ante el conjunto del poema, me parece vano tratar de sacar puntilla recomendándote alguna revisión minuciosa, porque no creo que esto vaya a suponer una "mejora" sustancial respecto a algo que ya de por sí es muy bueno.