Me daba un poco de miedo enseñarlo. No sé si es bueno, y tampoco mi importa. Dos no es igual que uno más uno.
TERCERO EXCLUSO
“Esta es la locura
que salvó a tantos locos”
V.G.
Las flores quieren tener pétalos pares
y abogan por el empate técnico de noes
por mucho que los botánicos lo nieguen.
A par de azar adivinan los dados
su democrático capricho de elecciones;
de dos en dos nadean los pasos
de anacoretas, profetas y vates.
Los besos se fabrican en pareja,
uno u otro, escogidos o contrarios,
alternando su presencia dos a dos.
Pero quedan gotas del mar sobre la arena.
Son la tercera desopción de los malditos;
Aquella que los juicios no contemplan
como labio, cuerpo o cristal de su bohemia.
Por eso canto esas opciones a la sombra,
la negra pena de las lágrimas exclusas,
de lo imposible que adquiere tintas de locura
cuando coge adarga y yelmo y sueña y campa.
Yo que fui la opción que ni el coral ni el sol sangra o formula,
que vi molinos o flores del mal en las almenas de tu corazón sin rostro,
que cifró su vida en puñados de tierra y romances gitanos.
No quisiera vivir a la sombra de esta infame literatura
De nichos de amantes declinados,
De invitaciones negadas, de sexo pospuesto,
De tubérculos probablemente malogrados.
Híbridos del mundo a quienes os niegan la existencia,
reuníos bajo las protección agreste de este canto,
canción de los nonatos sin kairós,
vals de los puteros vírgenes encarcelados,
de los asesinos que nunca han empuñado la muerte,
de los actores que nunca han fingido el amor.
Blues de la isla de las almas errantes,
De los genios muertos, de los poetas abandonados.
Cantad en este acorde vuestra trágica inocencia;
escindíos de la realidad como Macondo,
herid a giros en el viento
con dos plumas, cuatro cuervos y un reloj.