Para quien me acicatea con sonetos, allá va uno no del todo malo para tener examen en unas horas.
JUEGO DE ESPEJOS
Si quisiera jugar en el espejo
pondría una respuesta en cada escombro
para el ramito de preguntas que elaboro
de sol en sol, calor fecundo y cieno.
No dudes en venir adonde moro;
haz tu casa en un páramo de metros,
de sangres y mañanas, y de cielos
que adolecen pensar lo que te añoro.
Orea el tulipán de mis reclamos,
atiende el ademán de mi silencio,
y sé mi atardecer: cima, crepúsculo.
Dale razón, mis dos labios y rotos,
al pequeño nacer donde no espero
el lánguido horizonte de tus manos
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Hay un juego de espejos en la rima de los tercetos (juego de espejos formal) y un juego de espejos semántico en los cuartetos. Arte sutil del ingenio, cibo celeste, afección indómita del alma, decían los grandes.