Esta mujer es increíble!
Qué capacidad para en 4 renglones, construir todo un mundo (además muy agradable), y de una atracción magnética tan poderosa –al menos para mí- que te llevan a posar la vista en cada palabra, en cada renglón, uno a uno, sucesivos y te sientes fluir… algo te recorre el cuerpo y no sabes qué es.
Y llegas al final… ciertamente enamorado. No se me ocurre otra palabra, embobado, con la boca medio abierta y extasiado.
La prosa es un sombrero de mago infinito capaz de construir ese mundo del personaje, que aunque en apariencia es breve, no lo es. Dices tanto en tan pocas líneas, o mejor dicho, insinúas tanto, que despiertas el mundo imaginario de quien te lee y se multiplica el escrito -al menos en mi caso- que quedo maravillado.
Tengo la sensación de haber leído un cuento de tres páginas por lo saciado que estoy. Pero mi vasija está rota, y lo que vuelco allí, se escapa por las rendijas y vuelvo a tener sed.
No sé, todo esto que digo, no son más que intentos de acercarme a lo que me sucede con tu prosa.
En tus relatos, te imagino como el personaje principal de la película: Amélie, de Jean-Pierre Jeunet. Me encanta ese personaje!