No creáis que me había olvidado de todo esto. No ha habido un solo día en que no me hayáis hecho cosquillas con las plumas mientras escribíais, pero mi creatividad estaba de vacaciones en Alaska y era difícil localizarla. Me dijo: <<Me llevo tu diccionario de sinónimos. Ahí te quedas, mona>>. Y hoy ha aparecido en la puerta de casa y con cara de arrepentimiento. Pero bueno, hemos hecho las paces, que la tengo demasiado aprecio pese a que a veces, me deje tirada como a un perro. La he preparado un chocolate caliente y después, he tendido la mano tranquilamente para recuperar mi apreciado tesoro. Con un "lo siento" me lo ha devuelto y se ha aferrado a mi como si fuera una ventosa. Aquí está conmigo, reprochándome haber descuidado tanto mi higiene cerebral. Asegura que tengo nidos y nidos de golondrinas elaborados con la perfección de un único rostro aniñado. Bah, Ella y sus gilipolleces.