LA FRUTA

Tema: LA FRUTA Sáb 04 Sep 2010, 14:21

Abro este post gracias a que hace unas semanas caí en la profunda nihilidad. Yo ya no creo en el nihilismo salvo para casos desesperados en los que hay que dinamitarlo todo para reconstruirlo todo. Sin embargo, mi fugaz tránsito por la nihilidad, me devolvió a los brazos de un libro muy hermoso y terriblemente complejo que me regaló Jaskier hace ya demasiado tiempo. Es un libro de filosofía de esos que cabalgan entre el masoquismo y el onanismo, dado que tardas unas dos horas en pasar de página, pero el autoplacer obtenido tras comprender tres líneas es absolutamente análogo a los ritos masturbatorios. Pongo este texto por dos razones. La primera es porque creo que esta "Analogía de la fruta", llamémoslo así, resume perfectamente los pilares fundamentales sobre los que se asienta el debate ontológico postmoderno, de modo que lo traslado aquí para quienes quieran enfrentarse a él. La segunda razón es que me hace mucha gracia leer a Heidegger y luego pensar que la gente diga que yo, o él, no sabemos explicarnos. En realidad, el problema de "explicarse" pone en juego dos cosas; por un lado, la propia capacidad del autor para transmitir códigos lingüísticos, y por otra el nivel de comprensión lectora. Lo útil que tiene un libro publicado es que por muy mal que parezca hacerse entender el autor, el mero hecho de su prestigio hará que nos sintamos culpables de no entender lo que dice, en vez de decir que no se explica.

Cada día me dan más náuseas las personas que cuando leen algo como lo que sigue principian diciendo que el que lo escribe "no se explica". Es execrable que en este mundo el primer pensamiento siempre se dirija hacia un tétrico "LA CULPA ES DE OOOTRROOOO!!!". Y no quiero decir que no haya gente que no se explique mal, pero pienso que habría que moderar un poco nuestra prepotencia cuando juzgamos que nosotros (oh, dioses) tenemos la medida perfecta de la comprensión como para decir que una cosa está mal explicada. Y por ello dreno este gris con una parrafada complejísima de Heidegger, con la esperanza de que algunos la entiendan, y de que los que no lo hagan le presenten su respeto por haberles superado, no su desdén por haberlo hecho.

"La fruta no madura: marcha hacia la madurez. Al madurar, no se le va en manera alguna acumulando por fragmentos y como algo "aún no ante los ojos" lo que ella aún no es. Es ella misma quien se lleva a la madurez, y tal llevarse caracteriza su ser de fruta. Todo agregado imaginable sería incapaz de acabar con la no madurez, si este ente no llegara a la madurez por sí mismo. El "aún no" de la no madurez de la fruta no significa algo distinto de la fruta, externo a ella, indiferente hacia ella, que pudiera ser "ante los ojos" en y con ella. Significa la fruta misma en su específica forma de ser".

M. Heidegger, El ser y el tiempo

Tema: Re: LA FRUTA Dom 05 Sep 2010, 01:45

Desgraciadamente yo estoy entre los muchos mortales que no entiende ni papa. Voy a tener que volverme al campo a ver si allí me entero de algo... Sad

Tema: Re: LA FRUTA Dom 05 Sep 2010, 03:53

No se trata de eso, ni mucho menos. Mis palabras no eran una invectiva salvo contra las personas que pudieran pensar que la culpa la tiene Heidegger y no ellos. En realidad, toda esa complejidad de la filosofía acaba postergada a una sencilla actividad eminentemente poética: la creación de categorías.
Te respondo muy siucintamente, pero básicamente se trata de esto: los filósofos reescriben el lenguaje, de un modo muy emparentado con la poesía de imagen. Cuando Heidegger convierte "aún no" de locución adverbial en sustantivo, crea una categoría del mismo modo que Góngora la establece al hablar de una "mariposa en cenizas desatada". El parenteso entre la construcción lingüística de una y otra expresión es irrefutable. Y así es como nace algo tan cargado semánticamente de significado como ese concepto, el "aún-no del ser". Y es un concepto que recibe la polaridad semántica de su antigua categoría: el aún-no de una cosa entraña su no-finitud. Una cosa que tiene aún-no es quella que, sencillamente, aún no es... y Heidegger lo dice porque el ser del hombre no es algo que sea, sino algo que marcha hacia. Para Heidegger vivir es un camino, y el hombre no es algo que "es", sino algo que va.

Algo que va a ser. Un abrazo.

Tema: Re: LA FRUTA Dom 12 Sep 2010, 04:17

valla con la fruta, curiosa forma de "existir"...

Tema: Re: LA FRUTA Lun 13 Sep 2010, 03:40

Curiosa, muy curiosa.

Recuerdo que anoche estuve disertando con Roy sobre la necesidad (o no) de emplear la ontología y la metafísica como fundamentos de cualquier teoría.

Yo claro, no tengo muchjo que decir desde la objetividad porque mi rama es la ontología y ella pretendo especializarme, así que lo mejor será que tú, Javier, nos ilumines en nuestra disputa.

P.D: Esto ha sido un auténtico comienzo de diálogo platónico; van dos en discordia a pedirle luz a Sócrates, quien dice no tener ni idea de eso antesde pegarles un repaso del 15... xDDDDDDDDDDDd

Tema: Re: LA FRUTA Sáb 09 Oct 2010, 10:38

Creo que cualquier abordaje filosófico que se precie, debe incurrir en la problemática del tiempo... y confrontarse a su verdadera realidad. Si no lo hiciera, sería poco serio. Y esto no lo afirmo desde mi ya conocida, y reconocida por ustedes, forma de radicalizar la opinión, sino más bien porque veo la problemática de la concepción del tiempo en los asuntos que competen al Ser. Y no puedo menos que ser rotundo...

"La fruta no madura, marcha hacia la madurez" Quizás para que sea más claro habría que hacer una analogía con el hombre:

Realmente el hombre nunca deja de tener al Ser dentro suyo, (el cual siempre es el mismo, desde que nace hasta que muere ese hombre), sin embargo por las características complejas que acompañan a su existencia en el planeta, desarrolla su vida muy alejado de Él, cercano a la lo que llamamos personalidad.
La conciencia no está sometida a las mismas leyes de la materia... la materia está sometida a la constante transformación, lo que es percibido como “el tiempo” (si las cosas no cambiaran no existiría la concepción del transcurrir del tiempo)
Como nosotros somos materia por un lado, y esencia o conciencia por el otro, percibimos el tiempo en nuestro cuerpo, en los cambios físicos que sufrimos, etc., etc., pero la conciencia no sufre ningún cambio, ella siempre es la misma, lo que en realidad confunde es que no la experimentamos plenamente (no estamos en la conciencia, no vivimos desde nuestro Ser) … nos creamos la falsa ilusión del transcurrir del tiempo en la conciencia por el hecho de saltar de un estado a otro y viceversa y entre ellos a veces la experimentamos esporádicamente. Pero si estuviéramos siempre en el Ser ¿experimentaríamos el tiempo?

Es curioso que el hombre deba emplear "tiempo" para conocerse a si mismo y así descubrir que siempre existió en el “Ser”. Sólo así se percata de la falsedad de haber existido únicamente en la personalidad.

“La fruta no madura, marcha hacia la madurez”. Dentro de la concepción de “la fruta” en todo momento, en cada célula, en cada partícula ya están existiendo a la vez todas las facetas de la fruta… nunca es una fruta como la vemos –vemos una de sus facetas a la vez. Su ser está hecho de todas.
Que marche hacia su madurez quizás se puede entender como un cambio de estado, pero no es así, nunca cambia de estado porque siempre Es Todos los estados aunque ante nuestros ojos –que no ven la realidad- se manifieste por etapas. Nosotros le adjudicamos todo el Ser de la fruta a cada una de sus etapas, independientemente.
Lo mismo ocurre en el hombre. Si el hombre “ya” es el Ser ¿Por qué tiene que emplear tiempo para buscarlo? La complejidad está servida: el Ser necesita de la materia y del tiempo para experimentarse a si mismo. Sería como querer mirar un paisaje siendo parte de él… hay que cruzar la frontera (y eso para la conciencia quiere decir descender al mundo de la materia, del tiempo, y sus leyes) dejar de ser parte del paisaje para justamente poder verlo y comprenderlo completamente, "sentirse fuera del Ser"... para un día regresar y experimentarlo.

Se puede ser más consecuente con la filosofía de Heidegger y decir:

“La fruta no madura, se mueve”

Ya que la madurez es una más de sus etapas...no hay porqué resaltar una de ellas si hablamos del Ser. Por eso digo "ser más consecuente" La fruta ni cambia, ni madura... se mueve.